domingo, 7 de noviembre de 2010

Georgina Bardach,

Georgina Bardach

"Estuve cerca de dejar la natación" Doble récord de Georgina Bardach

Hace menos de un año, la cordobesa, bronce en Atenas 2004, pensó en el retiro, pero se recuperó y, en Pekín, anhela alcanzar la final en los 400m combinados

Esa sonrisa está volviendo y el cuerpo recupera las ganas de competir. El ánimo va cambiando, pero en el rostro de Georgina Bardach aún no se percibe ese estado de éxtasis en el que se sumió cuando conquistó la medalla de bronce en los 400 metros combinados en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. No fue fácil para ella el después de esa presea consagratoria. Su cabeza se nubló y aún no logró ser la misma a tal punto que la idea de abandonar la natación no estuvo lejos de concretarse.
"Después de los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro, cambiaba de entrenador o dejaba de competir. Estuve cerca de hacerlo. No quería más, la pasé mal", reconoce esta cordobesa, de 24 años, mientras se prepara para competir en Pekín, con su nuevo conductor desde septiembre del año último, Rodolfo Sacco, luego de haber estado junto a Héctor Bochi Sosa por siete años, con la consagración que significó un título para la natación argentina en Juegos Olímpicos, después de 68 años.
"La medalla de Atenas fue lo mejor y lo peor que me pasó. Representó algo que soñé, pero después me costó mucho recuperar las ganas de competir", cuenta Bardach sobre aquellos meses que prefiere olvidar.
Pero la historia no puede cambiarse y, durante este ciclo olímpico camino a China, Bardach consiguió algunas finales en los mundiales de Montreal 2005 y Melbourne 2007 y una medalla de bronce en los Panamericanos de Río de Janeiro, que, según reconoce, la conformaron poco. Ese tiempo de 4m37m51/100, que le permitió ganar en Atenas, no logró repetirlo y sus últimos registros estuvieron lejos de aquella marca, aunque según su nuevo entrenador el objetivo en Pekín es superar aquel crono histórico.
Pese a todo, Georgina se propone objetivos en el futuro próximo. Ya no piensa en dejar de nadar, si no que se pone como metas estar en la final de los 400 metros combinados en Pekín y también se imagina en los Juegos de Londres 2012. Algo cambió y lo positivo es que la natación argentina no pierde a uno de sus máximos exponentes, quien junto a Jeannette Campbell (Berlín 1936) y Alberto Zorrilla (Amsterdan 1928) son los únicos nadadores argentinos que lograron medallas en Juegos Olímpicos.
- ¿Cómo viene la preparación para los Juegos? 

- Me costó al principio, porque estuve enferma un par de veces, pero me siento bien, cada día mejor. Por suerte, no tengo tanta ansiedad. Es sólo un poquito, aunque supongo que en la previa al torneo estaré más ansiosa. 

- No te fuiste conforme con los resultados en los Juegos Panamericanos, ¿cómo estás ahora? 

- Quedé mal de ánimo, pero ahora estoy mejor. Me sirvió el cambio de entrenador. Me siento mucho más tranquila y me está empezando a gustar de nuevo todo esto. 

- ¿Por qué tomaste la decisión de cambiar de entrenador? 

- Lo hacía o dejaba de nadar. Casi abandono, la pasé mal. Ahora, recuperé las ganas. Estaré en los Juegos y después un par de años más. 

- ¿Cómo manejaste el hecho de haber perdido las ganas? 

- Ya me había pasado otras veces. Pero sé que me gusta. Creo que si dejaba, iba a arrepentirme. Prefiero terminar de hacer todo ahora y abandonar después. 
¿Con qué expectativas vas a Pekín? 

- Me gustaría clasificarme a la final. Pero hasta que no se compite no se sabe.


- ¿Percibís que desde afuera te presionan para conseguir otra medalla? 


- No siento que tengo que ganar de nuevo una medalla, aunque me lo dicen en la calle. Pero entiendo que la gente no sabe mucho de natación, entonces obviamente van a esperar que si en Atenas fui tercera, ahora debo terminar segunda o primera. 

- ¿Qué significó la medalla de Atenas en todo sentido? 

- Fue el sueño que tuve en los últimos años. No desde que empecé a nadar, porque no sabía que iba a llegar tan lejos. Por un lado, significó lo mejor que me pasó. Aunque también no sé si lo peor, pero fue muy feo. La pasé mal los primeros meses y, ahora, también por la presión que viene de afuera. Por suerte, mi presión me la saqué hace poco. Nado, porque me gusta a mí, nada más.
Por Pablo Hacker 
De la Redacción de lanacion.com 


Pastillas 

Las pruebas de Georgina. En sus terceros Juegos Olimpicos (entuvo en Sydney 2000 y Atenas 2004), Georgina Bardach competira en tres pruebas: los 200 metros combinados, los 200 metros mariposa y los 400 metros combinados, su prueba mas fuerte.


Un dia de entrenamiento. Georgina Bardach repite la misma rutina desde los 13 años. A la mañana, nada dos horas y media y, luego, va al gimnasio. Por la tarde, se tira de nuevo al agua por otras dos horas y media. “Es bastante”, dice.


La vida despues de nadar. Georgina Bardach habia empezado a estudiar relaciones publicas, pero dejo por que no le daban los tiempos. En su momento, tambien barajo la posibilidad de dedicarse a la gastronomia, aunque ahora prefiere esperar. “Cuando deje de nadar, tendre mas tiempo de hacer otras cosas y vere a que me dedico”, explica Bardach.


El agua no le gusta. Georgina recien aprendio a nadar a los 7 años, a pesar de que a los 4 la mandaron para que le enseñaran. “De pronto, estaba en el equipo y no pare mas”, dice Bardach y agrega: “El agua mucho no me gusta. Ni el mar, ni el rio, ni siquiera que me salpiquen cuando vengo a la pileta. En la playa, no me meto casi nunca. No me gusta mojarme”



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